El chocolate amargo aporta flavonoides y antioxidantes que mejoran la circulación sanguínea, reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares y favorecen la memoria y concentración. También estimula la producción de serotonina y endorfinas, reduciendo el estrés y elevando el bienestar. Consumido de forma moderada, es un alimento funcional con beneficios tanto físicos como emocionales.