Estudios recientes muestran que la dermis tatuada puede experimentar una ligera disminución en la capacidad de sudoración. La tinta altera la estructura de la piel y puede afectar las glándulas sudoríparas, lo que influye en la regulación térmica, especialmente durante el ejercicio intenso.

Estos cambios son generalmente localizados y no representan un riesgo grave para la salud, pero son un factor poco conocido sobre los efectos de los tatuajes. Conocer estos detalles puede ayudarte a cuidar tu piel y planear mejor tu entrenamiento si tienes tatuajes extensos.

CON INFORMACIÓN DE JACOBO FLORES

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