Después de más de tres décadas de restricción, Corea del Sur levantó la prohibición de los tatuajes sin licencia médica. Con esta reforma, los tatuadores podrán trabajar legalmente y abrir estudios, reconociéndose el tatuaje como actividad artística. La medida surge tras la presión de artistas y activistas que defendieron la libertad de expresión cultural. El país asiático avanza hacia una nueva era de modernidad y libertad creativa, dejando atrás años de clandestinidad.