Según investigaciones del Instituto de Neuropsicología Emocional, reprimir el llanto incrementa los niveles de cortisol, generando estrés, insomnio, dolores musculares, problemas gastrointestinales y afectaciones al sistema inmunológico. Llorar es una respuesta biológica necesaria que regula el sistema nervioso. Evitarlo de forma constante provoca bloqueos emocionales que el cuerpo manifiesta con síntomas físicos. La neurociencia advierte: llorar no es debilidad, sino un mecanismo vital para la salud mental y física.
JACOBO FLORES
TE PUEDE INTERESAR: VIDEO: Éste es el truco para que tu bebé deje de llorar