El fenómeno conocido como hangxiety combina resaca y ansiedad debido al desequilibrio entre los neurotransmisores GABA y glutamato. Al eliminar el alcohol, el sistema nervioso se sobreexcita, provocando temblores, taquicardia y pensamientos acelerados. Este estado se agrava por la falta de sueño y la deshidratación. Expertos advierten que el consumo frecuente de alcohol para “relajarse” puede agravar la ansiedad y generar un ciclo de estrés químico y emocional.