A través de sus orejas, su cola, su mirada o su postura, nuestros lomitos nos cuentan cómo se sienten, qué les gusta, qué los asusta y hasta cuándo necesitan espacio.
Sin embargo, existen muchos mitos que llevan a malinterpretar lo que realmente quieren expresar, lo que puede generar confusión, frustración o incluso comportamientos agresivos involuntarios.
En esta nota, derribamos varios de esos mitos y te ayudamos a entender mejor a tu compañero de cuatro patas.
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Mito 1: “Si mueve la cola, está feliz”
Realidad: puede estar nervioso, ansioso o incómodo.
Sí, la cola es una herramienta poderosa de comunicación, pero no siempre significa felicidad. Si tu perro mueve la cola, a una altura baja, rígida o de forma rápida hacia un solo lado, puede estar estresado o inseguro.
Lo importante es observar cómo mueve la cola y su postura general: ¿está tenso? ¿las orejas hacia atrás? Posiblemente, algo no anda bien.
Mito 2: “Si se pone panza arriba, está jugando”
Realidad: muchas veces es una señal de miedo o sumisión.
Cuando un perro se revuelca boca arriba en un entorno relajado, puede estar jugando. Pero si lo hace de repente, con el cuerpo rígido o las orejas hacia atrás, está pidiendo que pares. Es su forma de evitar algún conflicto.
Mito 3: “Evita tu mirada porque se siente culpable”
Realidad: evitar el contacto visual es un gesto de respeto.
Sí, tu perro baja la mirada no es porque “sabe que hizo algo mal”, sino porque percibe tensión en ti y quiere calmar la situación. Los perritos no entienden de culpa como los humanos; ellos son de energía y reacciones.
Mito 4: “Si enseña los dientes, está listo para atacar”
Realidad: puede estar asustado o tratando de evitar un conflicto.
Mostrar los dientes puede ser un signo de defensa, pero también de miedo o incomodidad. Algunos perros incluso hacen una “sonrisa sumisa” que muchos humanos malinterpretan como amenaza. Es necesario poner mucha atención en la postura y el contexto.
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Mito 5: “Lamerse el hocico es normal”
Realidad: es una señal clara de estrés o incomodidad.
Si tu perro se lame el hocico cuando no hay comida cerca, está diciendo: “Estoy incómodo, algo me preocupa”. Es una de las llamadas “señales de calma” que usan para evitar conflictos o tranquilizarse.
Tu perro está intentando hablarte… ¿estás escuchando?
Entender mejor a tu perro no solo fortalece el vínculo que tienes con él, sino que también previene accidentes, malos entrenamientos o castigos injustos. Ellos observan todo el tiempo: a sus dueños y su entorno.
Así que, aprender a leer su lenguaje corporal es uno de los mejores regalos que puedes darle.













