Los filtros de redes sociales están modificando los estándares de belleza y afectando la autoestima, según el Journal of Cognitive Psychology. Este fenómeno, conocido como “efecto selfie”, ocurre cuando el cerebro compara la realidad con las versiones filtradas de uno mismo, generando insatisfacción corporal y ansiedad social. Los psicólogos aconsejan reducir el uso de filtros, seguir cuentas con imágenes naturales y recordar que la belleza real no necesita edición.