Enfrentar algo nuevo, socializar, iniciar en un trabajo, entre otras situaciones, pueden ser detonantes de ansiedad y aquí te vamos a contar cómo poder identificar un ataque de este tipo de acuerdo con un artículo especializado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
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Tres señales para identificar si tienes un ataque de ansiedad según expertos
Si bien un ataque de ansiedad puede detonar por diversos motivos, existen al menos tres señales comunes para poder identificarlo y son los siguientes:
Palpitaciones o aumento del ritmo cardíaco
Durante un ataque de ansiedad, el cuerpo activa su respuesta de “lucha o huida”, lo que provoca una liberación de adrenalina. Esta hormona aumenta la frecuencia cardíaca y puede hacer que la persona sienta que su corazón late muy rápido o de manera irregular.
Sensación de ahogo o falta de aire
Otra señal clave es la dificultad para respirar o la sensación de ahogo. Esta alteración en la respiración también puede provocar mareos, hormigueo en las extremidades y una sensación de desrealización o desconexión del entorno. Para controlar o reducir la sensación es mediante crucial aprender técnicas de respiración profunda para ayudar a calmar el cuerpo y reducir estos síntomas durante un ataque de ansiedad.
Miedo intenso e irracional
Este miedo puede estar dirigido a situaciones específicas o ser más generalizado, pero siempre se identifica por su intensidad ya que las personas pueden experimentar un miedo extremo a perder el control, volverse locas o incluso morir, a pesar de que no exista un peligro real.
Fuente: UNAM
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¿Qué hacer si experimentas estas señales?
Si llegas a notas palpitaciones, dificultad para respirar y un miedo intenso, es importante intentar mantener la calma, de acuerdo a un artículo de la UNAM para enfrentar un ataque hay que permitir sentir esta sensación, así como enfrentarla.
Entre las recomendaciones más importantes se encuentran las técnicas de respiración profunda puede ayudar a reducir la hiperventilación y disminuir el ritmo cardíaco. Además, centrarse en pensamientos positivos y recordar que los síntomas, aunque incómodos, no son peligrosos a largo plazo, siempre y cuando no sucedan cotidianamente.