El solsticio de invierno ocurre el 21 de diciembre de 2025 en el hemisferio norte y se caracteriza por ser el día con menor cantidad de luz solar y la noche más larga del año. Este fenómeno astronómico se debe a la inclinación de la Tierra, que en esta fecha aleja al polo norte del Sol, reduciendo las horas de luz. A partir del solsticio, los días comienzan a alargarse gradualmente hasta el solsticio de verano. Históricamente, este evento ha sido observado por diversas culturas como un símbolo del renacimiento de la luz y del inicio de un nuevo ciclo dentro del calendario natural y astronómico.