El concepto de tiempo social describe los horarios impuestos por la vida moderna que, en muchos casos, no coinciden con el ritmo biológico natural. Esta falta de sincronización, conocida como cronodisrupción, genera el llamado jet lag social, un desajuste crónico que puede afectar funciones hormonales, emocionales y metabólicas. Investigaciones lo asocian con mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, trastornos del estado de ánimo, problemas cognitivos y aumento de peso. Reconocer esta desalineación es fundamental para proteger la salud.