Investigadores del NIEHS descubrieron que mutaciones en genes encargados de reparar el ADN pueden desencadenar lupus. En modelos de ratón, estas alteraciones produjeron síntomas similares al trastorno. El hallazgo refuerza que la enfermedad surge del mal funcionamiento celular y no solo de predisposición genética. Esto abre la puerta a nuevas terapias dirigidas que podrían transformar el tratamiento del lupus en el futuro.