La erupción del Volcán Kilauea desató fuentes de lava que alcanzaron aproximadamente 120 metros de altura, confirmadas por imágenes del United States Geological Survey. La lava brotó con fuerza y llenó gran parte de la caldera, lo que evidencia un pulso eruptivo de especial magnitud.

Aunque la actividad se mantiene confinada al cráter, las autoridades mantienen una alerta naranja, advirtiendo posibles afectaciones por cenizas, gases volcánicos o caída de tefra, especialmente si los vientos cambian su dirección.

La erupción 37 se suma a una serie de estallidos intermitentes que comenzaron el 23 de diciembre de 2024, un ciclo de actividad que ha convertido a Kilauea en uno de los volcanes más activos del mundo.

CON INFORMACIÓN DE JACOBO FLORES

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