Según la Asociación Americana de Psicología, el comportamiento desafiante en los niños está ligado a una necesidad no satisfecha: atención, control o seguridad emocional. Los expertos recomiendan evitar los castigos impulsivos y, en su lugar, aplicar límites claros, consistentes y empáticos. Entender qué hay detrás del “no quiero” puede transformar una batalla diaria en una oportunidad de conexión.
Detrás de cada niño desafiante hay un mensaje que aún no sabe expresar. Escuchar antes de reaccionar puede ser el primer paso para cambiar todo.
CON INFORMACIÓN DE JACOBO FLORES
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