Estudios han detectado que usar el móvil tras apagar las luces, sin filtro de luz azul, genera distracción, perturbaciones en el sueño, aumento de la somnolencia diurna y latencia al quedarse dormido.

Colocar el teléfono cerca de la almohada se relaciona con más dificultades de descanso. La luz azul suprime la producción de melatonina, hormona clave para regular el sueño, y la estimulación mental antes de dormir prolonga la vigilia. Tu teléfono no solo roba tus ojos al caer la noche: roba descanso, claridad mental y calma.

CON INFORMACIÓN DE JACOBO FLORES

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