Los científicos analizaron las muestras traídas por la misión OSIRIS-REx y descubrieron ribosa y glucosa, azúcares esenciales para formar ARN y para generar energía en organismos vivos. Además, hallaron un material orgánico parecido a una goma espacial, flexible y transparente, que se endureció con la radiación.
Pero lo más sorprendente es la enorme cantidad de polvo presolar, partículas formadas antes de que naciera nuestro sistema solar. Son restos de antiguas supernovas incrustados dentro del asteroide.
Este combo químico (azúcares, polímeros orgánicos y polvo de estrellas) refuerza la teoría de que los ingredientes de la vida viajaron por el espacio en asteroides como Bennu, mucho antes de llegar a la Tierra. Es una ventana directa a los procesos que pudieron dar origen a la vida.
NASA describe este hallazgo como “piezas primordiales del rompecabezas cósmico”. Y ven a Bennu ahora, como uno de los mensajeros más antiguos del universo.
CON INFORMCIÓN DE JACOBO FLORES
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