Un creciente número de adultos jóvenes, entre 20 y 35 años, está siendo diagnosticado con lo que especialistas ya llaman “agotamiento invisible”. No se trata solo de estrés o ansiedad. Es una combinación silenciosa de fatiga crónica, insatisfacción existencial y deterioro cognitivo que no siempre se nota a simple vista.
Según datos recientes de la OMS, este fenómeno afecta ya al 38% de la población joven trabajadora en América Latina. Las redes sociales, la precariedad laboral y la hiperexigencia están entre las principales causas.
Los expertos advierten: si no se detecta a tiempo, este tipo de agotamiento podría derivar en trastornos severos de salud mental que ya están saturando los sistemas de atención psicológica.
CON INFORMACIÓN DE JACOBO FLORES
Grupo Frontera aparece por sorpresa en concierto de Bad Bunny en CDMX