Durante el sueño profundo, el cerebro reorganiza y almacena la información reciente, un proceso conocido como consolidación de la memoria. Por eso, estudiar justo antes de dormir mejora la retención de datos importantes.
Neurocientíficos recomiendan repasar conceptos clave o realizar resúmenes antes de acostarse para aprovechar esta ventana cognitiva. Es una estrategia útil en exámenes, aprendizaje de idiomas y memorización a largo plazo.