La cereza de este pastel es la reforma a la Ley de Amnistía que se discute en estos momentos en el Senado. Esta nueva reforma le daría al Presidente de la República la facultad absoluta para perdonar y, en su caso, liberar a delincuentes incluso sentenciados. Es decir, el Presidente sería una especie de emperador que podría decidir de manera unilateral si saca o no a un delincuente de la cárcel.

Gina Cruz, senadora del PAN, expresó: “La reforma le da al poder Ejecutivo un poder discrecional enorme. Puede liberar organizaciones criminales enteras, perdonando crímenes pasados como masacres, secuestros, fusilamientos y extorsiones. Con esta reforma, el Ejecutivo podrá hacer uso discrecional de una facultad que constitucionalmente no tiene. De este tamaño es la atrocidad que estamos discutiendo hoy”.