Caminar sin calzado fortalece tu cuerpo y calma tu mente
Al caminar descalzo, los músculos de los pies trabajan más, mejorando el equilibrio y la coordinación. Esto ayuda a reforzar la postura y a prevenir lesiones.
Además, el contacto directo con el suelo activa terminaciones nerviosas que favorecen la circulación y estimulan la propiocepción, la capacidad de sentir la posición del cuerpo en el espacio. Caminar sobre superficies naturales como pasto o arena también disminuye los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y genera una sensación de calma.
Este hábito, conocido como “earthing”, se ha relacionado con mejor regulación del sueño y un mayor bienestar emocional. Caminar descalzo es una práctica sencilla que conecta tu cuerpo con la tierra y mejora tanto tu equilibrio físico como tu salud mental.
CON INFORMACIÓN JACOBO FLORES
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