A 57 años de la masacre de Tlatelolco, la memoria no solo se conserva en las calles o en las marchas. También vive en el arte. Películas, libros y poemas no solo narran lo ocurrido la noche del 2 de octubre de 1968, cuando el gobierno federal mexicano reprimió brutalmente una manifestación estudiantil en la Plaza de las Tres Culturas. Estas obras funcionan como actos de resistencia cultural frente al olvido y la impunidad.
A través de la creación artística, las nuevas generaciones acceden a una historia que muchas veces ha sido ignorada o silenciada por la historia oficial. El arte, en todas sus formas, mantiene viva la herida, pero también la convierte en acto de reflexión profunda.
Cine: la pantalla como testimonio
La masacre de Tlatelolco ha sido abordada por distintos cineastas, desde enfoques documentales hasta ficciones inspiradas en los hechos. Algunas producciones clave son:
- “Tlatelolco, verano del 68" (Carlos Bolado, 2013): una historia de amor entre dos jóvenes de clases sociales distintas que viven de cerca el movimiento estudiantil. Aunque utiliza una narrativa romántica, el filme retrata con sensibilidad la represión y el miedo de la época.
- “Rojo amanecer” (Jorge Fons, 1989): una de las películas más emblemáticas sobre el tema. Filmada en secreto debido a la censura de la época, muestra la masacre desde el interior de un departamento que da a la Plaza de las Tres Culturas. Es cruda, íntima y profundamente conmovedora.
- “El grito” (Leobardo López Aretche, 1968): documental filmado por estudiantes del CUEC-UNAM durante el movimiento. Es uno de los testimonios visuales más valiosos, ya que fue grabado en tiempo real por los propios protagonistas del movimiento.
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Literatura: la memoria escrita
Diversos autores han abordado el 2 de octubre de 1968 en obras literarias que van desde el testimonio hasta la ficción. Entre las más importantes destacan:
- “La noche de Tlatelolco” (1971), de Elena Poniatowska: probablemente la obra literaria más representativa sobre la masacre. Reúne testimonios de estudiantes, padres, médicos, periodistas y ciudadanos. Es una crónica coral y desgarradora que ha pasado a ser un texto de referencia.
- “Los días y los años” (Luis González de Alba, 1971): escrita por uno de los líderes del movimiento desde la cárcel. Ofrece una mirada desde adentro, con una narrativa directa, crítica y dolorosa.
- “Tlatelolco, aquella tarde” (Luis González de Alba): trata de un testimonio literario que narra sus vivencias y reflexiones sobre aquel trágico día, convirtiéndola en una de las obras más importantes para comprender los hechos desde una perspectiva personal y crítica.
Poesía: la palabra como resistencia
La poesía también ha servido como forma de duelo, denuncia y resistencia frente al olvido. Algunos poemas han quedado como testigos íntimos y políticos de la represión:
- “Memorial del 68" de José Emilio Pacheco: un conjunto de obras (poesía, narrativa y ensayo) que rememoran los acontecimientos del movimiento estudiantil. Denuncian la represión y fomentan la reflexión.
- Poema de Rosario Castellanos, como “Memorial de Tlatelolco”, fue escrito como una poderosa respuesta a la masacre. A través de los versos Castellanos denuncia el silencio oficial, el encubrimiento mediático y la desaparición de la verdad.
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