¿Sientes que funcionas mejor por las mañanas o eres de los que encuentran inspiración cuando ya todos duermen?
Aunque a veces lo vemos como una simple preferencia, la ciencia tiene un nombre para esto: cronotipo, y conocer el tuyo puede ayudarte a entender mejor tu manera de trabajar, relacionarte y descansar.
Mañaneros: más estructurados y optimistas
Las personas con cronotipo diurno suelen despertarse temprano sin esfuerzo y se sienten más concentradas en las primeras horas del día. De acuerdo con estudios de diferentes universidades, tienden a ser más organizadas, proactivas y optimistas. Además, suelen mantener rutinas más saludables, lo que impacta positivamente en su bienestar físico y mental.
TE PUEDE INTERESAR: El secreto detrás de la pronunciación perfecta: descubre el Alfabeto Fonético Internacional.
Nocturnos: creativos y con pensamientos independientes
Por otro lado, quienes rinden mejor de noche son más propensos a mostrar rasgos de creatividad, pensamiento original e incluso cierto grado de introspección. Aunque pueden tener más dificultades para adaptarse a horarios convencionales como una jornada laboral, muchos encuentran en la tranquilidad nocturna su mejor momento para concentrarse y generar ideas.
¿Y cuál es mejor?
No existe un cronotipo “ideal”. Cada uno tiene sus fortalezas y desafíos. Lo importante es reconocer tu propio ritmo biológico y, en la medida de lo posible, adaptarse a él. Esto puede ayudarte a dormir mejor, ser más productivo y cuidar tu salud mental.
Observa en qué momentos del día te sientes más alerta y creativo. Ese podría ser el primer paso para alinear tu rutina con tu naturaleza.
TE PUEDE INTERESAR: ¡Alerta verde! Descubre cómo el lirio acuático está ahogando lagos y poniendo en riesgo tu salud.