Detrás de los rascacielos de Corea del Sur, los dramas coreanos y la industria cosmética, miles de mujeres han comenzado a cuestionar los cimientos de una cultura que durante siglos las ha querido obedientes, bellas y calladas.
La obediencia femenina
El país, profundamente marcado por el confucianismo, ha mantenido estructuras patriarcales sólidas incluso mientras se modernizaba. Hasta hace poco, las mujeres coreanas eran socializadas para centrarse en el matrimonio, la maternidad y el sacrificio familiar.
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Las nuevas generaciones han comenzado a romper con ese molde tradicional, pero su camino no ha sido fácil. El feminismo aún es estigmatizado en gran parte de la sociedad surcoreana y frecuentemente se percibe como una postura extrema o conflictiva. A esto se suma la oposición activa de grupos antifeministas, especialmente entre hombres jóvenes, que ven las demandas de igualdad como una amenaza a su posición social.
Noticia feminista importante💚💚💚
— Mariana Limón Rugerio (@marianaliru) April 12, 2019
En Corea del Sur, el aborto ha estado prohibido durante 66 años. Ayer la Corte Constitucional rechazó estas leyes, se concluyó que infringían los derechos básicos de las mujeres al forzar el embarazo y parto.
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Rebeldía contra los estándares patriarcales
Uno de los puntos de inflexión más visibles fue el movimiento MeToo, que estalló en 2018 y sacó a la luz denuncias de acoso sexual en todos los niveles de la sociedad: desde universidades y oficinas, hasta la industria del entretenimiento y la política. A este fenómeno le siguieron protestas masivas contra la llamada “molka”, una práctica de espionaje con cámaras ocultas que vulnera la intimidad de miles de mujeres cada año.
En paralelo, surgió el movimiento “Escape del corset”, donde mujeres jóvenes comenzaron a rechazar públicamente los estándares estéticos extremos: dejaron de usar maquillaje, cortaron su cabello largo símbolo de feminidad tradicional y denunciaron la presión constante por cumplir con un ideal de belleza casi inalcanzable.
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Dentro de este clima de rebeldía, surgió también el movimiento feminista 4B, que hoy reúne cerca de 50,000 seguidoras. Basado en cuatro principios radicales decir “no” a las citas con hombres, a las relaciones sexuales con hombres, al matrimonio y a tener hijos.
"El feminismo en Corea del Sur ha llegado a lo que se llama “el movimiento 4B”, que insta a las mujeres a rechazar a los hombres, el matrimonio y la reproducción, incluso frente a la crisis demográfica de Corea del Sur" https://t.co/mrEtZofsZt
— Pablo Malo (@pitiklinov) March 27, 2024
Es una forma de protesta ante una sociedad en la que las mujeres han sido históricamente oprimidas, silenciadas y violentadas. Para muchas jóvenes coreanas, rechazar estos pilares es una manera de recuperar su autonomía y romper con las expectativas tradicionales impuestas desde el nacimiento.