Al verbalizar ideas en voz alta, el cerebro activa zonas de procesamiento auditivo y del lenguaje, lo que facilita la planificación, la memoria y el autocontrol. Se ha observado que hablar en voz alta antes de enfrentar tareas complejas mejora el enfoque, reduce errores y fortalece la conexión mente-cuerpo.

Funciona como una guía externa que organiza el pensamiento y fortalece la respuesta cognitiva. Hablar contigo mismo puede parecer extraño, pero es una herramienta efectiva para racionalizar, actuar y avanzar con claridad.

CON INFORMACIÓN DE JACOBO FLORES

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