Los océanos son fundamentales para la vida en la Tierra. Cubren más del 70% de la superficie del planeta y desempeñan un papel clave en el equilibrio climático, la producción de oxígeno y la regulación de la temperatura global.
Uno de sus aportes más importantes es la producción de oxígeno. A través de la fotosíntesis realizada por el fitoplancton, organismos microscópicos que habitan en el agua, los océanos generan más del 50% del oxígeno que respiramos.
Además, los océanos actúan como reguladores del clima. Absorben gran parte del dióxido de carbono de la atmósfera y distribuyen el calor mediante las corrientes marinas, lo que influye en los patrones climáticos y en la estabilidad de los ecosistemas terrestres.
En términos de biodiversidad, los océanos albergan millones de especies, muchas de las cuales aún no han sido descubiertas. Estos ecosistemas marinos proporcionan alimento, recursos minerales y sustancias que se utilizan en la medicina.
También representan una fuente importante de actividad económica a través de la pesca, el transporte marítimo y el turismo. Sin embargo, enfrentan amenazas como la contaminación, la sobrepesca y el cambio climático, que ponen en riesgo su equilibrio natural.