El consumo de frutas y verduras es esencial para mantener una buena salud. Estos alimentos forman parte de una dieta equilibrada y proporcionan nutrientes indispensables que el cuerpo no puede producir por sí mismo. Organismos de salud a nivel internacional recomiendan incluir al menos cinco porciones diarias en la alimentación.
Las frutas y verduras son ricas en vitaminas, minerales y antioxidantes, elementos que fortalecen el sistema inmunológico y ayudan a prevenir enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión y algunos tipos de cáncer. Además, su alto contenido en fibra contribuye a mejorar la digestión y a mantener un peso corporal saludable.
El color de cada fruta o verdura está relacionado con los nutrientes que aporta. Por ejemplo, las de tonos rojos y naranjas, como la zanahoria y el jitomate, contienen betacarotenos, que favorecen la salud de la vista. Las verdes, como la espinaca y el brócoli, son fuente de hierro y ácido fólico, esenciales para la sangre y el sistema nervioso.
Otro aspecto importante es la hidratación. Muchas frutas, como la sandía o la naranja, contienen un alto porcentaje de agua, lo que ayuda a mantener el equilibrio de líquidos en el cuerpo.
Consumir estos alimentos de forma variada garantiza un aporte equilibrado de nutrientes. Expertos sugieren incorporarlos en cada comida principal y en colaciones, ya sea en ensaladas, licuados, jugos naturales o como acompañamiento de otros platillos.