¿Por qué tienes “daddy issues” o “mommy issues”? La psicología explica su origen desde la infancia.

¿Repites patrones en el amor o con la autoridad? La fijación fálica explica cómo la infancia influye en tus relaciones y conflictos emocionales actuales.

¿Qué son los “daddy issues” y “mommy issues”? Según la psicología y su vínculo con la infancia
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¿Alguna vez te has preguntado por qué ciertas relaciones o conflictos en tu vida parecen repetirse una y otra vez? ¿Por qué te cuesta confiar, idealizas a tus parejas o tienes problemas con la autoridad?

La respuesta puede estar más cerca de lo que imaginas, en tu infancia, y la psicología lo explica con un concepto llamado fijación fálica.

¿Qué es la fijación fálica y por qué importa?

La fijación fálica es un término que viene de la psicología clásica de Freud, que describe una etapa crucial entre los 3 y 6 años de edad, cuando los niños empiezan a descubrir las diferencias entre hombres y mujeres, y su lugar en la familia.

Durante esta etapa, los niños:

  • Comienzan a identificar a sus padres como figuras diferentes, y a menudo compiten, admiran o se sienten atraídos por uno de ellos. Por ejemplo, un niño que “quiere ser como papá y conquistar a mamá” o cuando la niña que dice que su papá es “el hombre de su vida” y se pone celosa si él abraza a mamá.
  • Se forman los primeros vínculos emocionales muy fuertes con sus padres.

Si en esta etapa se quedan “atrapados” o como dice la psicología, si hay una fijación ciertos patrones emocionales pueden mantenerse hasta la adultez, y esto es lo que hoy conocemos popularmente como “daddy issues” o “mommy issues”.

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¿Y cómo se ve eso de adulto?

Aquí es donde se pone interesante. Te damos ejemplos reales que te pueden sonar:

1. Idealizas a tus parejas

Te enamoras rápido, crees que son “tu todo”, y cuando no cumplen tu expectativa... boom, decepción total.

Esto puede venir de esa primera figura que idealizaste de niño (mamá o papá), y de cómo buscabas amor, atención o aprobación.

2. Te llevas mal con figuras de autoridad

No soportas que te manden, siempre tienes que cuestionar al jefe o a cualquier persona con poder.

Puede ser una forma inconsciente de seguir compitiendo con el papá o mamá que te marcó en la infancia.

3. Necesitas ser el centro de atención

Te molesta no ser el favorito, quieres que te admiren, te cuesta compartir la atención.

Esto también puede venir de esa época donde el niño descubre su “yo” y quiere ser admirado como el rey/reina de casa.

4. Inseguridad oculta tras una máscara

Pareces seguro, pero en el fondo te da miedo no ser suficiente. Lo disimulas con arrogancia, sarcasmo o querer “ganar” todo el tiempo.

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Frases que podrían venir de esa fijación (aunque no lo sabías):

  • “Siempre me enamoro de personas que no me hacen caso.”
  • “Me encantan las relaciones imposibles.”
  • “No me gusta que me digan qué hacer.”
  • “Me gusta que me admiren, pero me cuesta comprometerme.”
  • “Busco a alguien que me cuide, pero que no me controle.”

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