Tu cerebro cambia más de lo que crees
Aunque no lo percibamos, nuestro cerebro se encuentra en constante transformación.
Cada vez que aprendemos algo nuevo, cambiamos de rutina o superamos una experiencia difícil, estamos activando un fenómeno conocido como plasticidad cerebral: la sorprendente capacidad en que tu cerebro se adapta, se reorganiza y se renueva a lo largo de la vida.
Durante mucho tiempo se creyó que el cerebro dejaba de cambiar en la adultez, pero hoy sabemos que eso no es cierto. La ciencia ha demostrado que incluso en la vejez seguimos creando nuevas conexiones entre nuestras neuronas. Eso significa que todos podemos seguir aprendiendo, cambiando y mejorando, sin importar la edad.
Y como si fuera poco, el cerebro también es eficiente: cuando dejamos de usar una habilidad o conocimiento, puede dejar de “guardar” esa información para enfocarse en lo nuevo. Esto no es malo: es su forma de funcionar de manera más eficiente.
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Aprender es como ir al gimnasio… pero para tu mente
Aprender un idioma, tocar un instrumento, cocinar una receta difícil o tomar un camino distinto al habitual... todo eso entrena tu cerebro. Cuanto más lo desafíes, más se fortalece. Así como los músculos necesitan ejercicio para crecer, la mente también necesita salir de la rutina.
Cambiar un hábito, como dejar el azúcar, empezar a entrenar o meditar, también implica trabajo mental. Al principio cuesta, porque tu cerebro está acostumbrado a actuar de cierta manera. Pero con repetición y constancia, se crean nuevos caminos mentales y los anteriores se van debilitando.
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Tu mente cambia… y eso es una buena noticia
En resumen, la plasticidad cerebral nos permite aprender, adaptarnos, recuperarnos y crecer durante toda la vida. Cada nueva experiencia, cada hábito positivo y cada cambio, por pequeño que sea, ayuda a mantener nuestro cerebro activo, joven y saludable.
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