Comer rápido afecta tu salud más de lo que imaginas
Tragar de prisa puede provocar indigestión, aumento de peso y riesgo de diabetes. Así daña tu cuerpo este hábito cotidiano.
El hábito de comer rápido impide que el cerebro procese la saciedad, favoreciendo el exceso de calorías y el aumento de peso. También causa indigestión, gases y reflujo, incrementando el riesgo de síndrome metabólico y diabetes tipo 2. Comer lento y masticar bien mejora la salud digestiva y metabólica.