El intestino, conocido como el “segundo cerebro”, tiene un papel clave en la salud mental a través del eje intestino-cerebro. Este sistema conecta el sistema nervioso central con el entérico mediante el nervio vago y neurotransmisores. Un desequilibrio en la microbiota intestinal puede provocar ansiedad, depresión o estrés. Dietas ricas en fibra, frutas, verduras y alimentos fermentados como yogur o kéfir favorecen el equilibrio bacteriano y mejoran el bienestar emocional. Cuidar lo que comes no solo fortalece tu cuerpo, sino también tu mente, promoviendo un estado emocional más estable y saludable.