En un mensaje emocional en Instagram, Hamilton relató que Roscoe fue puesto en coma y conectado a soporte vital durante cuatro días antes de que él tomara la decisión de terminar con el sufrimiento. El piloto no participó en una prueba de neumáticos de Pirelli en Italia ni asistió a un evento en la Semana de la Moda de Milán para poder estar junto a su compañero.

Roscoe acompañaba a Hamilton a los eventos, tenía su propio pase en el paddock y era parte de la comunidad de Fórmula 1. Hamilton expresó que llevar a Roscoe a su vida fue “la mejor decisión” que tomó y agradeció los recuerdos creados juntos.

El adiós a Roscoe representa más que la pérdida de una mascota: es el fin de una conexión profunda entre Hamilton y un compañero que compartió triunfos, viajes y silencios. Su huella queda impresa en el paddock y en el corazón del campeón.

CON INFORMACIÓN DE DOMINIQUE FEMAT

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