Si crecieron viendo anime, seguramente hay personajes que quedaron grabados en su memoria. Y no solo porque sus historias fueran interesantes, sino porque, de alguna forma, se convirtieron en parte de sus vidas. ¿Quién no recuerda a Goku de Dragon Ball Z, luchando por proteger a sus amigos o superando sus límites para salvar al mundo? O quizás les viene a la mente la imagen de Sailor Moon luchando por la justicia, o de Naruto enfrentando sus inseguridades mientras buscaba el reconocimiento de los demás.
Para muchas personas, esos personajes fueron los primeros héroes que admiraron, los primeros amigos animados que compartieron sus frustraciones y alegrías. En cierto modo, marcaron la manera en que empezaron a ver el mundo. Sus luchas personales y su inquebrantable deseo de superarse no solo se convirtieron en inspiración, sino también en referencias emocionales que los acompañaron durante años.
A finales de los años 90, principios del 2000, la trinidad del anime en los programas infantiles eran: Pokémon, Yu-Gi-Oh y Digimon, eclipasados por estos tres gigantes salían animes muy entretenidos que tendemos a olvidar. pic.twitter.com/o3A08XJTGL
— ʟᴀ ᴀʟᴄᴀɴᴛᴀʀɪʟʟᴀ ᴅᴇʟ ᴍᴜᴛᴀɴᴛᴇ (@del_mutante) September 7, 2022
En una época sin redes sociales para compartir teorías ni plataformas de streaming para ver anime cuando las personas quisieran, cada episodio era una pequeña aventura que se vivía intensamente. Personajes como Ash Ketchum en Pokémon o Luffy en One Piece no solo los acompañaron en su infancia, sino que fueron el primer contacto con valores fundamentales como la amistad, la perseverancia y la superación personal.
Estas historias no solo marcaron una época: muchas de ellas continúan siendo parte de su identidad. Y al ver cómo esos personajes crecían, también lo hacían ellos. El anime, entonces, no fue solo entretenimiento, sino un vehículo emocional que los acompañó a lo largo del tiempo, ayudándolos a construir conexiones duraderas y profundas.
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Este enfoque, al centrarse en cómo el anime dejó una huella emocional en su infancia, apela directamente a la nostalgia, recordándoles sus propios vínculos con los personajes y series que marcaron generaciones.
#YoSoyFrikiPorCulpaDe #LaBanda de Canal Sur y su magnifica selección de animes como Sakura, Doraemon, Azuki-chan, Slayers, Tobe Isami (los shinsengumi), Montana Jones y muchos más. Telecinco por Pokémon y One Piece y la 2 de Tve por Digimon.❤ pic.twitter.com/l3t2jB1V9r
— Kyusei⚡ (@kyusei411) May 25, 2018
Más allá de sus mundos fantásticos y batallas épicas, el anime ha sido para muchos una escuela emocional silenciosa. Con sus historias, enseñó valores como la empatía, la resiliencia, la importancia del esfuerzo y el poder de la amistad.
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