Efecto dominó en productividad: Un pequeño hábito que deteriora toda una cadena de ineficiencia 

Un solo hábito simple puede poner en movimiento una cadena de cambios positivos, mejorando tu enfoque, organización y resultados sin esfuerzo adicional.

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El efecto dominó en productividad describe cómo el inicio de una acción básica, como hacer la cama, puede desencadenar una serie de comportamientos productivos inesperados, como ordenar el cuarto y limpiar la cocina.

Este fenómeno ocurre por la conexión automática entre hábitos y el refuerzo que aporta completar tareas pequeñas, lo que fortalece la identidad personal como alguien organizado.

Además, la estrategia de “Leading Domino”, recomendada por expertos en productividad, sugiere comenzar el día con una tarea clave de alto impacto: completar esa acción central tiende a simplificar o hacer innecesarias las restantes.

Cursos modernos también promueven comenzar por lo mínimo (un hábito de apenas dos minutos o mejorar un 1 % cada día) y sostener esos pequeños cambios para que paulatinamente transformen la rutina laboral y personal.

Un hábito diminuto y bien elegido puede provocar un efecto dominó que amplifica tu productividad. Empieza con un pequeño paso hoy y observa cómo tus días fluyen con mayor eficiencia.

CON INFORMACIÓN DE JACOBO FLORES

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