Practicar frente a un espejo activa zonas del cerebro relacionadas con la auto imagen y la coordinación verbal, lo que puede ayudar a reducir la tartamudez. Este ejercicio también fortalece la conexión entre lo que ves y lo que oyes al hablar.
La terapia del habla recomienda usar espejos para trabajar la fluidez, la pronunciación y la expresión corporal. Con constancia, mejora la seguridad al hablar en público y reduce la ansiedad asociada a la comunicación oral.