Aunque su causa exacta no se comprende completamente, la investigación científica ha identificado una fuerte predisposición genética asociada al desarrollo del SOP. Estudios han demostrado que el SOP tiende a ser hereditario.
Las probabilidades de que una mujer lo padezca son mayores si otros familiares cercanos, como madres o hermanas, también lo tienen. La presencia de casos en la familia sugiere una predisposición genética significativa. Investigaciones recientes han identificado múltiples variantes genéticas asociadas al SOP.
Sin embargo, estos factores genéticos representan solo una parte de la heredabilidad estimada del 70%. Esto indica que otros factores, además de la genética, también desempeñan un papel importante en el desarrollo del síndrome. Aunque la genética juega un papel crucial, factores ambientales como la dieta, el estilo de vida y el peso corporal también influyen en la manifestación del SOP.
Estos factores pueden interactuar con la predisposición genética, afectando la aparición y gravedad de la condición. El síndrome de ovario poliquístico o SOP tiene una base genética sólida, pero su aparición y severidad también dependen de factores ambientales. Comprender esta interacción es esencial para desarrollar estrategias de prevención y tratamiento más efectivas.
CON INFORMACIÓN DE DOMINIQUE FEMAT
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