Investigadores han identificado en la saliva humana una sustancia llamada opiorfina, que actúa potenciando analgésicos naturales del cuerpo y muestra un poder hasta seis veces superior al de la morfina en modelos experimentales.
La opiorfina fue descubierta en 2006 por científicos del Instituto Pasteur tras analizar compuestos en saliva humana que inhiben enzimas que destruyen péptidos analgésicos internos. Su mecanismo evita que enzimas como la neprilisina degraden encefalinas, sustancias del sistema opioide natural que bloquean las señales de dolor.
En experimentos con ratas, dosis de opiorfina demostraron efectos analgésicos comparables al uso de morfina pero sin los efectos secundarios habituales de los opioides. Estudios recientes también revelan que los niveles de opiorfina en saliva aumentan en condiciones de dolor orofacial o úlceras dentales, lo que sugiere que el cuerpo podría emplearla como modulador del dolor local.
Además, la opiorfina tiene ventaja potencial: su uso no parece generar tolerancia ni dependencia, características que limitan los analgésicos tradicionales. Opiorfina emerge como un candidato prometedor en la búsqueda de analgésicos más seguros.
Aunque sigue en estudio, su descubrimiento abre la posibilidad de utilizar nuestro propio “dolor silencioso” para aliviar molestias sin los riesgos asociados a los opioides convencionales.
CON INFORMACIÓN DE DOMINIQUE FEMAT
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