Cuando pensamos en la Independencia de México, solemos imaginar a sus héroes como figuras perfectas, casi míticas. Sin embargo, para entender realmente lo que lograron y cómo se construyó nuestro país. Idealizarlos puede impedirnos conocer de sus verdaderas experiencias como seres humanos, los desafíos complejos y valorar el esfuerzo colectivo que hizo posible la independencia.
Cada septiembre, México se llena de celebraciones por su independencia y sus héroes nacionales. En las escuelas y medios, aprendemos sobre figuras como Miguel Hidalgo, José María Morelos y Ignacio Allende como símbolos casi perfectos de valentía y patriotismo.
Pero, ¿qué tanto conocemos realmente de ellos? ¿Por qué es importante no idealizarlos?
- Para entender la historia completa: La independencia de México fue un proceso largo, con muchos actores y múltiples causas. No fue obra de un solo héroe ni de un grupo homogéneo.
- Para valorar el esfuerzo colectivo: La independencia y la construcción del país fueron producto del trabajo de muchos, incluidos indígenas, mujeres, campesinos, etcétera (que rara vez se mencionan).
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Algunos ejemplos:
Miguel Hidalgo
Conocido como el “Padre de la Patria”, Hidalgo no buscaba una independencia total desde el inicio. Era un cura culto, pero también polémico. Documentos históricos y registros personales sugieren que tuvo al menos cinco hijos fuera del matrimonio, fue aficionado al juego y vivía con lujos, incluyendo esclavos a su servicio.
Además, su actuar en batalla ha sido cuestionado por su dureza: tras tomar ciudades, permitía ejecuciones públicas e incluso saqueos. Su liderazgo fue tan apasionado como controvertido.
Miguel Hidalgo fue solo un cura borracho y mujeriego que intervino en la independencia de México porque quería más privilegios para él!#VivaMexico #15DeSeptiembre pic.twitter.com/ICVZSff0NW
— Simpsonito (@SoySimpsonito) September 15, 2025
José María Morelos
Morelos fue clave en la segunda etapa del movimiento. Sin embargo, rompió sus votos como sacerdote: tuvo varias relaciones y dejó descendencia que no reconoció oficialmente. Además, dentro de su movimiento enfrentó traiciones, tensiones internas y decisiones difíciles que lo llevaron a tomar medidas drásticas para mantener el control.
Ignacio Allende
Allende era un militar con carácter fuerte. Se sabe que imponía disciplina con mano dura: quienes desobedecían sus órdenes podían ser ejecutados como escarmiento. Incluso tuvo serias diferencias con Hidalgo, al grado de conspirar para quitarle el liderazgo, e incluso asesinarlo, aunque no lo logró. Esto revela que ni dentro del movimiento insurgente había unidad total.
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¿Qué ganamos con una visión más crítica?
Entender que nuestros héroes no fueron perfectos no los desacredita, al contrario: nos permite verlos como personas reales que tomaron decisiones difíciles en contextos complejos. Conocer sus sombras, nos ayuda a construir una relación más madura con nuestra historia.