La presencia de más de 300 kilómetros de fallas y grietas que atraviesan tanto Aguascalientes capital como varios municipios del estado. Zonas como Jesús María, Pabellón de Arteaga, Rincón de Romos, Cosío y San Francisco de los Romo han sido identificadas con actividad geológica significativa. La causa principal de estas fallas geológicas en Aguascalientes radica en el abatimiento de los mantos acuíferos, provocado por la excesiva extracción de agua subterránea.
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Este fenómeno ha ocasionado el hundimiento del terreno, lo que a su vez ocasiona grietas en el suelo y afecta tanto viviendas como infraestructura. Las consecuencias van desde grietas en muros y pavimento hasta incrementos en los costos del agua, debido a los daños en la red hidráulica. Entre las fallas más relevantes se encuentran la Falla Oriente y la Falla Poniente, que atraviesan zonas densamente pobladas y con gran desarrollo habitacional.
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Si una de estas fallas llega a activarse, puede provocar colapsos estructurales, hundimientos, cortes en líneas de agua y electricidad, así como poner en riesgo la integridad de quienes habitan en esas áreas. Aunque no son fallas sísmicas activas como en otras regiones del país, el movimiento del terreno podría ser grave. La prevención y monitoreo constante son clave para evitar los riesgos de un problema que, aunque invisible a simple vista, amenaza la seguridad y el desarrollo de Aguascalientes.