El 2 de octubre de 1968, miles de estudiantes y civiles convocados por el Consejo Nacional de Huelga se reunieron en la plaza para exigir libertades democráticas y el fin de la represión. Hacia las 18:00 horas, helicópteros lanzaron bengalas como señal de inicio de un operativo en el que participaron francotiradores del Batallón Olimpia y elementos del Ejército. Los disparos se dirigieron contra los asistentes, lo que derivó en una masacre.

Las cifras oficiales nunca se esclarecieron. Versiones gubernamentales de la época reconocieron decenas de muertos, mientras que investigaciones académicas y organismos de derechos humanos estiman entre 300 y 400 víctimas mortales, además de cientos de heridos y detenidos.

Entre las causas que habrían motivado la decisión del Estado están la creciente tensión por las protestas estudiantiles iniciadas en julio de 1968, el temor a un debilitamiento de la imagen del gobierno ante la comunidad internacional a días de inaugurar los Juegos Olímpicos, así como la intención de frenar un movimiento social que agrupaba a estudiantes, intelectuales y trabajadores que cuestionaban el autoritarismo del régimen.

El operativo fue ordenado bajo el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, en el contexto de un clima de represión política que marcó la época. Documentos y testimonios posteriores confirmaron la participación de fuerzas militares y grupos paramilitares en la acción.

La matanza de Tlatelolco es reconocida oficialmente como uno de los episodios más violentos en la historia contemporánea de México, con un número de víctimas aún no esclarecido de manera definitiva.

CON INFORMACIÓN DE DOMINIQUE FEMAT

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