Este ejemplar de lince ibérico blanco llamado “Satureja”, nació en 2021 y originalmente tenía la coloración típica de la especie, pero con el tiempo desarrolló un pelaje blanco con las manchas oscuras aún visibles. El fenómeno no corresponde ni a albinismo ni al leucismo completo: según expertos del programa de recuperación del lince en Andalucía, podría estar vinculado a una variación genética relacionada con la melanina que aún se investiga.
Pese a su aspecto excepcional, Satureja mantiene comportamientos naturales: se alimenta normalmente, ha criado varias camadas y su actividad territorial es similar a la de otros linces. Este hallazgo llega cuando la población de lince ibérico ha alcanzado en 2024 un registro histórico de 2,401 ejemplares en la Península Ibérica, gracias a décadas de programas de conservación.
La aparición de este “lince blanco” representa un hito para la biología y la conservación de especies. Los investigadores continúan monitoreando su salud y genética, mientras el descubrimiento refuerza la riqueza y el misterio que aún permanece en los bosques ibéricos.
CON INFORMACIÓN DE DOMINIQUE FEMAT
Los años de cárcel por maltrato animal en Aguascalientes












