Una estructura básica incluye dos minutos de respiración profunda para oxigenar el cerebro, seguidos por estiramientos suaves y dinámicos. Luego, tres minutos de actividad cardiovascular leve como marchar en el lugar o hacer saltos suaves.
Después, dos minutos de ejercicios de fuerza corporal como planchas o sentadillas. El cierre consiste en un minuto de visualización positiva o meditación guiada. Esta secuencia mejora la circulación, despierta el sistema nervioso y prepara el cuerpo para el día.
Incorporar una rutina simple y consistente puede tener un impacto directo en la salud física y mental sin requerir gran esfuerzo.
CON INFORMACIÓN DE JACOBO FLORES
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