Diversos estudios en psicología conductual señalan que quienes priorizan siempre las necesidades ajenas por encima de las propias suelen experimentar mayor agotamiento emocional, dificultad para poner límites y menos progreso personal.

Al reducir esta conducta y establecer límites claros, se genera una mejora en la percepción del tiempo, aumenta la energía disponible y se priorizan objetivos personales. Este cambio también puede aumentar el respeto de los demás, al demostrar autonomía y claridad.

Cambiar patrones de complacencia puede contribuir a una vida más enfocada, equilibrada y orientada a resultados personales.

CON INFORMACIÓN DE JACOBO FLORES

Psicología detrás de la agresividad al volante