Según la Universidad de Londres, los abrazos dicen mucho sobre la manera en que una persona se relaciona afectivamente. Quienes tienen un apego seguro suelen ofrecer abrazos prolongados y simétricos, mientras que las personas con apego ansioso tienden a sostener más tiempo el contacto. Por otro lado, quienes muestran apego evitativo prefieren abrazos breves o superficiales. La explicación está en la oxitocina, la hormona que fortalece el vínculo emocional y la sensación de calma.