Escuchar música puede disminuir la sensación de dolor físico, gracias a la liberación de dopamina y endorfinas en el cerebro. Este efecto se utiliza en terapias complementarias para pacientes con enfermedades crónicas. El ritmo, la melodía y la familiaridad de las canciones activan circuitos cerebrales que desvían la atención y generan una sensación de bienestar. La música se convierte así en un analgésico natural y poderoso.
Cómo la música cambia la percepción del dolor en tu cerebro
La música no solo relaja: también puede modificar cómo tu cerebro interpreta el dolor. La ciencia explica este efecto sorprendente.
